sábado, 11 de julio de 2020

Luz






No sabría decir cuándo empezó todo, si es que hubo un comienzo.
No sé dónde encontré el hilo que me hizo tirar y sanar por dentro. 

Sólo sé que dolió primero, y después busqué respuestas. 
Busqué en personas y en objetos. Busqué fuera y busqué lejos. 
Y a penas sin darme cuenta se alinearon los planetas. 
Y aprendí a interpretar mis señales y a mirarme en el espejo, 
a exponer mis gustos y mis decisiones, a cerrar puertas.
Aprendí a perdonarme.
Que entre querer y amar hay 7 letras (respeto).
Aprendí lo que me hace daño para alejarme.

Aprendí a cerrar los ojos, a escuchar mi respiración y mis latidos.
Y hoy sé que no es lo que veo sino cómo miro. 
Que no importa cómo otros me ven sino cómo me he sentido. 

Y ¿sabes qué? A veces también me pierdo. Y de eso, también aprendo. 
Y haber estado perdida me ayuda a valorar mi encuentro. 
Y a veces pido ayuda. 
Y otras soy yo la que ayudo, o al menos, lo intento. 
Y así, a veces náufrago y otras faro, también sigo aprendiendo. 

Y no sé dónde llegaré pero seguro que es bueno,
porque nunca antes sentí la paz que ahora estoy sintiendo.
Y esto debe ser encontrarse, o al menos, .... empezar a hacerlo.