domingo, 4 de noviembre de 2018

Hablando de bondades...





    Hace unos días mi pequeño salvaje ha sido agredido por otros “compañeros” del cole. No se defendió. Puedo ver su alma con más heridas que su cuerpo.
     “Sólo sé luchar con normas” me mira haciendo referencia a sus clases de artes marciales. Eso le
impide responder con otra patada en la cara.
    Físicamente eran más débiles que él. Mentalmente también. La primera intención por mi parte era que la próxima vez les devolviera los mismos golpes... pero a través de sus ojos azules puedo adivinar que no lo hará.
    Su corazón limpio se lo impide.
    En el fondo, por más que me duelan sus señales, prefiero que siga siendo así.

    Sigo aprendiendo de su nobleza. 
    Sigo enamorándome más.