domingo, 20 de septiembre de 2020

Querida yo


   

    Hoy me acerco a tí para darte un abrazo inmenso que sé que necesitas. Me acerco para acunarte un rato.

    Naciste al revés y eso parecía presagiar que lo previamente establecido no estaba hecho para tí. No obstante te esforzarás por cumplir las normas, serás una niña obediente y responsable, intentarás agradar a todo el que te rodea, harás bien los deberes, ayudarás al prójimo, harás tu cama, harás los ejercicios para la cadera, sonreirás siempre, serás educada, intentarás andar derecha, como si nada doliera, como si no existieras. 

    Algún día habrás estudiado tanto que terminarás la carrera de medicina y serás internista. Tardarás años en darte cuenta de que quizás tu sueño no era ser médico. Andarás nuevos caminos. Y no te arrepentirás de nada porque todo era necesario.

    Tu cadera se romperá del todo y tendrán que ponerte una de titanio y porcelana. Y se multiplicarán tus cicatrices pero ya no habrá dolor. De nuevo tendrás que centrarte en recuperarte y saldrás más fuerte. Perderás conocidos y te quedarás sólo con los que te quieren, con los que tú quieres.

    Te acaricio el pelo mientras te cuento. 

    Llorarás mucho. Te hundirás en la cama llorando durante meses. Y el mar te ayudará a limpiar. Y volverás a caminar junto a él sin derrumbarte. Aprenderás a curarte. 

    Te refugiarás en la pintura y en la escritura, donde realmente podrás hacer y decir lo que quieras. Leerás mucho, hacia fuera, pero un día aprenderás a leer adentro. Y entenderás que sólo debes respeto a tu propia persona. Y verás la luz. 

    Te enamorarás mil veces. Te romperán el corazón en mil sólo una. Volverás a sonreír y a pisar fuerte. 

    Y tu cuerpo cambiará y dará dos frutos. Y esos milagros te revolverán la vida. Derribarán tus creencias. Desordenarán tu casa y tu alma y eso te dejará sin paz. Y de nuevo la buscarás fuera pero la encontrarás dentro. 

    Échate sobre mi hombro. La valentía será el volante de tu vida porque siempre tendrás miedos y no te quedará otra que disfrutar de la vida a pesar de ellos. 

    Y llorarás mucho. Y reirás más. Y seguirás intentando ser útil a todos pero sin vaciarte por dentro. 

    Te abrazo fuerte, pequeña. Me tienes a mí. Me verás en el espejo cada mañana. Con más arrugas y menos energía pero con la misma mirada. 

    No estás sola.

    Siempre te estaré abrazando. 

    Hasta el final. 

8 comentarios:

  1. Has dicho a esa niña lo que necesitaba escuchar... decidir hablar con ella... alivia mucho. Un abrazo a “las dos”.

    ResponderEliminar
  2. Querida tú:
    Una vez más me has emocionado porque al leer lo que dices de ti y de la niña que está dentro de ti me he sentido también abrazada y reconfortada, me he sentido niña.
    Haces muy bien en quererte. Tu suegro decía que “si me muero yo, se muere mi mejor amigo”, y recuerda eso de que hay que amar al prójimo “como a uno mismo”, no más.
    Tú eres una gran mujer, sensible, inteligente, generosa, eres muy especial y me hace feliz saber que formas parte de mi vida y mi familia.
    Te quiero mucho, niña.

    ResponderEliminar
  3. Que bonito lo cuentas. Me has emocionado, como siempre. Siempre estaré con esa niña a la que tanto hice rabiar. Un beso muy grande.

    ResponderEliminar
  4. Tengo el enorme placer de conocer a los 2 lados del espejo, las 2 Ana son fantasticas. Ambos son una maravilla, y agradezco a la vida haberte puesto en mi camino...

    ResponderEliminar